"¿Esto qué es?"

Esa es la pregunta que más ocasiones se escucha en estas prácticas, especialmente con personas que experimentaban por primera vez. Una buena respuesta, en nuestro caso, desde la total honradez y honestidad, podría ser:  “Yo realmente no sé qué es, pero sí sé que ES; como tú también ahora lo sabes, porque lo estás sintiendo”. Son muchos todavía los prejuicios que nos rodean en cuanto a una realidad cada vez más evidente: Hay muchísimas energías y vías de conectividad con las energías en la naturaleza. Probablemente la mayoría las desconocemos. En relación a la tecnología, por ejemplo, hemos ido descubriendo en los últimos siglos que la energía se puede transportar sin cables y de forma invisible, apareciendo así las señales a distancia, la radio, el teléfono, el WiFi, Bluetooth, NFC… Una cantidad muy considerable de vías diferentes de conectividad que permiten diferentes transmisiones. Puede resultar un tanto extraño ver que hay tantas personas que no pueden concebir que el ser humano, siendo muy superior en su complejidad y capacidades a la tecnología que él mismo diseña, no pueda disponer de tantas vías de conectividad, de hecho muchas más.  Sin embargo, puede ocurrir que en una gran parte desconozca esta realidad, pues su atención está demasiado puesta en lo aparente, lo superficial o lo que se puede percibir con los sentidos y controlar con la mente racional. De esta manera, sin haberse dedicado a mirar más allá, ignora una buena parte de quién es, y desconoce muchas de sus capacidades. Este texto está escrito desde la conciencia de que hay personas muy críticas hacia todo lo que no conocen o reconocen, y en este mensaje quisiéramos manifestar dos invitaciones: La primera, a la humildad y la curiosidad que ha engrandecido a todos los grandes científicos, que se abrían a aprender cosas nuevas cada día, y que no creían saberlo todo ni se conformaban con verdades impuestas, las cuales a menudo se derrumban muy fácilmente, pues la propia vida en sí misma ya es un misterio. La segunda, a experimentar con las capacidades que tenemos para conectar con fuerzas de la naturaleza con las que convivimos a diario, como si supiéramos qué son y de dónde provienen, pero de las que no tenemos ni idea, ni hay quien pueda dar una definición de ellas respecto de su origen, entre ellas la mismísima vida que te está haciendo respirar mientras lees estas palabras, que mantiene tu pulso y tu temperatura corporal, y que nadie sabe qué es, aunque todos sabemos que ES. ¿Te permites esa actitud investigadora, curiosa, humilde, creativa e incluso juguetona, que te capacite para plantearte la hipótesis de que puede haber gran cantidad de energías presentes en la naturaleza las cuales pueden ser captadas y compartidas por el ser humano para su beneficio y el de otras personas, y consiguientemente disponerte a investigar, a practicar y ver qué resultados obtienes? En caso afirmativo, ésta puede ser una muy buena oportunidad de que descubras estas herramientas y para que aumentes tu rango de experiencias, no porque amplíes las cosas que haces, sino porque amplías tu forma de ser.